Hace ya un par de años
que el cine de terror esta de capa caída. Cuándo pensábamos que ya
pocas cosas podían sorprendernos nos llega este experimento:
Eliminados. Pero no os engañéis, la primera vez que se recurrió a
la unión entre fantasmas y las nuevas tecnologías (o por lo menos
supuso un primer paso) fue Pulse. Era de esperar que a alguien le
parpadease la bombilla de las ideas y decidiese explotar el terror en
las redes sociales. Obviamente con un resultado fallido que ha
parecido ser todo un éxito para la crítica ¿Piensan lo mismo los
amantes del terror?
Para entrar un poco en
antecedentes, por si alguien desconoce la trama de la película, hace
un año se subió a YouTube un vídeo extremadamente comprometedor de
la adolescente Laura Barns y poco después se suicido en el patio del
instituto. La noche del aniversario, mientras un grupo de amigos
están llevando una conversación por video llamada a través de
Skype, un nuevo miembro se une a ellos. Afirma ser la difunta Laura
Barns y les propone un juego muy sencillo: hasta que salga a la luz
quien fue la persona que subió a internet el vídeo, irán muriendo
uno por uno.
Que empiece el juego
Los primeros veinte
minutos de película, lo que viene siendo una cuarta parte, se podría
definir como la toma de contacto con Mac y su sistema operativo, a
partir de entonces es cuando comienzan a desarrollarse los
acontecimientos expuestos previamente.
Una vez que Laura se ha
presentado formalmente, da inicio una especie de competencia a la que
podemos llamar “quién esconde más mierda”. Lo que nos va
descubriendo lo ruin que son entre ellos este grupo de amigos
constituido por tres chicos y tres chicas.
Dentro de la conversación
principal que esta llevando a cabo el grupito, vemos como la
protagonista Blair, habla en privado con su novio. Cada vez que esto
se produce automáticamente la conversación principal deja de
escucharse ¿Por qué? Mínimo debería de oírse de fondo pero
claro, no queremos que el espectador le dedique su atención a cosas
secundarias. Pero esto también sucede cuando mantiene conversaciones
por Facebook, etc. Dejando todavía más de lado la lógica
aplastante de los protagonistas dentro de este tipo de películas, lo
normal hubiese sido colgar la llamada y hablar por whatsapp pero
claro, se acaba la historia. En fin... El fantasmilla de Laura es un
fichaje, porque además de hackearles los ordenadores, les pincha los
teléfonos, controla las luces... crea el ambiente idóneo para
asustarlos a todos, menos al espectador. No se le podía pedir más
que bastante hace siendo que esta muerta.
Shelley Henning es quien
da vida a Blair, puede que muchos la conozcáis por su papel de Diana
Meade en la serie El círculo secreto.
Pero el año pasado fue cuando se inició en el género de terror
dando vida a Debbie en Ouija,
la chica rubia que se pide primer para morir, por decirlo así.
Parece que le va a costar un poco abrirse paso por la senda del miedo
y si no que se lo digan a Ethan Hawke después del fracaso de
Sinister y la flojita
primera entrega de La purga.
Ahora bien, por no seguir entrando en detalles con cada uno de los
actores que conforman el reparto (de los cuales no conoceréis ni a
la mitad). Sólo decir que se trata de esos nuevos y desconocidos
fichajes, sinónimo de jóvenes apuestas cuya carrera puede despegar
como un cohete a poco éxito que tenga la película en cartelera.
Pero ni es oro todo lo que reluce ni esto es El corredor
del Laberinto.
Para
ser un poco... como lo diría, comprensiva; si tuviese que poner
algún tipo de calificación a este intento de película de terror,
la nota sería un 5. Aprobado pero rozando el límite, simplemente
por el trabajo que tiene detrás (que tampoco es excesivo viendo el
montaje). Quiero pensar y darle así un punto a favor, que esta
estética ha sido pensada para que el espectador tenga miedo cuando
disfrute de este largometraje desde su ordenador. Y hablando un poco
de cifras, que eso si que nos va a provocar escalofríos, este
proyecto ha recaudado cerca de 50 millones de dólares cubriendo de
sobras el milloncito que costo su producción. En fin ahora ya creo
que lo hemos visto casi todo.
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