Principalmente,
dejar claro que el título “Ángel de la muerte” no le hace justicia. Es una
fragante decepción que ni siquiera debería proyectarse en el cine. Para
aquellos que no han visto la precuela, aquí vienen los antecedentes:
En su
antecesora, Daniel Radcliffe era el encargado de encarnar al protagonista, un
abogado viudo y con un hijo, que debe “abandonar” temporalmente por motivos de
trabajo. El primer error en la historia (ya desde el mismo comienzo) es el
actor ¿cómo se les ocurre poner a “Harry Potter” enfrentándose con un fantasma
desquiciado? Si en Howarts vivía con ellos… el cambio entre un personaje y otro
es tan radical en tan poco tiempo que es imposible asimilarlo.
Continuando
con la trama, el origen del dolor o la pena que lleva a la mujer de negro a
matar niños, la causa principal queda explicada, de hecho es la base de todo lo
que sucede durante la película. En lo referente a pasar miedo… los momentos de
mayor tensión se suceden dentro de la mansión y por la noche, como no, cuenta
con un par de sustos bastante buenos.
Aunque en más de una ocasión se hace fría, es decir, no te transmite
nada, te hace permanecer estático y en cuanto al final… probablemente sea el
más adecuado. Por lo tanto, nos encontramos ante un largometraje bastante
correcto que con un cambio en el protagonista y algo más de “acción” habría
llegado a ser épica.
En
2015, aprovechando el final abierto, quieren contarnos una nueva historia. Todo
comienza a raíz de los bombarderos de ciudades durante la II Guerra Mundial, hablamos
de Londres en este caso, lo que obliga a trasladar a todos los niños al campo
para mantenerlos a salvo. Como aquí todo es muy lógico y no podía ser de otra
manera, trasladan a un grupo de 8 niños junto con su profesora a una mansión
abandonada y en mal estado. Se encuentra situada en una isla rodeada por
marismas a la que sólo puede accederse a través de un camino que la mayor parte
del tiempo se encuentra cubierto por el agua. Ahora viene la gran pregunta que
hay que hacerse como espectador atento ¿Qué ha pasado con los habitantes del
pueblo? Resulta que allí ya no vive nadie, bueno una persona si, pero no se
hasta que punto resulta imprescindible, solo rellena metraje. Lo mejor de todo,
es que el pueblo se encuentra en un estado todavía más deplorable que el de la
propia mansión. Partiendo de aquí, ya te puedes esperar cualquier cosa. Las
historias personales de, digamos, los protagonistas, sobrepasan la originalidad,
nótese la ironía. No pretendo entrar en detalles porque nos da para varios
debates.
Meter a
tanto niño junto en la mansión donde “reside” la mujer de negro, es que es algo
muy goloso ¿no os parece? Los han mandado directamente a la boca del lobo. Se
dedica a matar niños, como a ella le mataron el suyo (que conste que de forma
accidental) pero sorprendentemente, para rizar más el rizo, desarrolla una
extraña obsesión por Edward, el niño que queda huérfano en uno de los bombardeos.
¿Le recordará a su hijo, es debido a su orfandad? Una cuestión en el aire, cada
uno que piense lo que quiera. No añaden nada nuevo que no hayan dicho ya en la
precuela y de lo importante se olvidan. Algo que pasa mucho últimamente.
Luego
están los tópicos del género que no hacen otra cosa más que aburrir, un
ejemplo: la protagonista se despierta en medio de la noche, se levanta de la
cama y vela en mano, no se le ocurre otra cosa que ir de excursión al sótano
¿enserio? Lo mejor es cuando al oír un ruido, así sea una rata que no sería de
extrañar por el estado en el que se encuentra la mansión, pregunta: “¿Hay
alguien ahí?” claro, alguien hay y también te va a constar y ya si quieres jugáis
a tinieblas. No me olvido tampoco del asunto del final abierto por si a alguna
mente privilegiada se le ocurre lo de la trilogía. Dudo que queden ganas.
Lamentablemente, ni asusta ni te mantiene en tensión o suspense y lo poco que
pueda llegar a asustar se debe a la repetición de viejas pautas. Una decepción
más que añadir a la lista. Cuando un fantasma esta logrado estéticamente (una
mujer de luto eterno, fíjate tú, pero su cara es un poema), nos olvidamos de
que la trama tenga un mínimo de lógica, ingrediente que parece escasear en este
género cinematográfico. Si queremos que el terror funcione hay que cambiar el
enfoque, pero sobre todo, no recaer en los tópicos de siempre.
Comentarios
Publicar un comentario