La
Historia recoge el sufrimiento y las vivencias de las personas que han
pasado por la Tierra. Afortunadamente
para una de ellas, el daño, la experiencia, la superación y su lucha en la II
Guerra Mundial ha sido llevada a la Gran Pantalla de la mano de Angelina Jolie.
Unbroken
cuenta la historia de prácticamente toda una vida, la de Louis Zamperini,
nacido en el seno de una familia italiana emigrada a América y asentada en
Olean. Desconocer el idioma convertía a nuestro protagonista en el foco de
todos los golpes de los camorritas, día si y día también. Por ello su padre le
enseñó a boxear para que pudiera defenderse, pero entonces era él quien buscaba
las peleas. Para evitar que continuase metiéndose en más problemas e ir
construyendo un camino que le conducía directo a la prisión, su hermano mayor
decide apuntarle en el equipo de atletismo. Sus logros y records le aseguran
una plaza en el equipo olímpico de EE UU para los Juegos celebrados en Berlín
(1936). No los ganó, ni mucho menos, de hecho se quedo el octavo pero la
velocidad a la que terminó la última vuelta le valió un nuevo record que
impresionó al mismo Hitler.
Con el
estallido de la II Guerra Mundial se alisto en los bombarderos del ejército
Norteamericano. El fatídico día que descolocó toda su vida fue el 27 de mayo de
1943, cuando el bombardero con el que sobrevolaban el Pacífico dejó de funcionar
(tenía múltiples fallos sin arreglar) y se estrellaron contra el agua. A la
deriva en un bote salvavidas se mantuvo durante casi dos meses (47 días
concretamente) hasta que fueron interceptados por los japoneses cerca de las
Islas Marshall. Trasladado posteriormente a un campo de internamiento en Ofuna
donde pasó el resto de la Guerra. Allí tuvo que soportar las vejaciones y malos
tratos que sufría por el guardia Mutsuhiro Watanabe que desarrolló una malsana
obsesión por él. Y como dato curioso sobre esta persona, decir que forma parte
de la lista de los 40 principales criminales de guerra, en el puesto 23.
Digamos
que todo este proyecto tomo forma gracias a la obra publicada por Laura
Hillenbrand en 2010 Invencible: una
historia de supervivencia, valor y resistencia durante la II Guerra Mundial.
El guión del largometraje llevaba tiempo escrito y cogiendo polvo hasta que
Jolie lo rescato y decidió que ya era hora de que todo el mundo conociese las
vivencias de Zamperini. Lamentablemente, nuestro querido protagonista no llegó a ver la película entera, solo la primera parte del metraje ya que falleció el pasado mes de Julio de 2014.
Esto no
es lo único que hay que lamentar. Sin duda es un proyecto muy ambicioso que se
queda en simplemente correcto. No se ha sacado todo el potencial y de eso anda
sobrada, la propia historia que tratan de contar ya de por si lo vale pero no
emociona. Presenta escenas que a ojos
del espectador pueden resultar irreales, una inyección de ciencia ficción con
la que aumentar el interés de quien la ve, el entretenimiento. No es así. Hay
momentos excesivamente violentos e impensables como la escena en la que
Zamperini recibe un puñetazo de cada uno de los soldados que se encuentran en
el campo de internamiento (120 aproximadamente). A pesar de que se nos plantea
una auténtica miseria, es incapaz de estremecernos. De haber caído en otras
manos…
La
interpretación de Jack O’Connell (Louis
Zamperini) es realmente buena pero en algunas ocasiones parece mostrar una excesiva
resistencia, casi sobre humana. A pesar de todo, este chico lo vale. Hay que
destacar también a Takamasa Ishihara, más conocido como Miyavi, quien da vida
al guardia Watanabe, fue todo un reto para él, principalmente en las partes de
las torturas.
Todo el
drama del largometraje se ve contrarrestado de forma calculada con algunas
notas cómicas bastante bien repartidas. Así mismo, las distintas partes se
encuentran bien divididas gracias al color y la luz principalmente. Cuando
están en los bombarderos y a la deriva en el Pacífico predomina el azul, la
imagen es limpia. En el campo de internamiento predominan el sepia, color
tierra, café… y finalmente, cuando son trasladados a la mina, el negro, gris… Hay
planos y tomas realmente brillantes, lo que se ve un poco en un segundo lugar a
causa de que se repiten muchas secuencias. Acaba siendo algo larga y pesada.
Un
punto a favor que tiene Angelina Jolie es que muestra las dos caras de la misma
moneda. No se limita al sufrimiento de los soldados americanos prisioneros del
ejército japonés, sino que da la misma importancia al daño causado a la
población civil nipona por los bombardeos. En la guerra todos somos victimas. Hay que
darle las gracias por involucrarse de una forma tan personal en este tipo de
proyectos, siempre mostrando esa visión del mundo al que tratamos de dar la
espalda.
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