Nightcrawler

Cuando formas parte del gremio periodístico, aprendes a ver una realidad ficticia que los medios tratan de imponer a la población. Porque, siendo sinceros, nunca se emite en los telediarios toda la información que llega, ni ha sucedido tal y como nos la cuentan. Nos encontramos ante un negocio que, según en que manos lo confiemos, puede ser considerablemente lucrativo.
Ahora bien, con Nightcrawler nos adentramos en ese aspecto sombrío que se esconde tras el periodismo televisivo. Lou Bloom (Jake Gyllenhaal) es un joven “ratero” que a causa de no encontrar un trabajo decente como sustento se dedica a traficar con metales. Como siempre, llega el momento clave que provoca un giro de 180º en la vida del protagonista, una noche cualquiera es testigo de un accidente de tráfico y de como es cubierta la noticia por unos “reporteros” freelance que posteriormente la venden a un canal televisión. ¿Cuánto pagarías por la exclusiva? Parece ser que Lou ha descubierto un suculento negocio como reportero de noticias criminalistas que no va a dejar escapar.

La palabra que mejor resume toda la obra en si es: brutal. Enseña una realidad en el mundo del periodismo que esta sucediendo. No son los reporteros quienes toman la calle y llegan a las noticias, se sirven de otras personas que les llevan los sucesos hasta la propia redacción. ¿Podemos llamar periodistas a aquellos que están encerrados constantemente trascribiendo y seleccionando la información que les llega de fuera? Además, otro detalle que no se nos debe de escapar, es que en parte muestra la manipulación que se lleva a cabo para mostrar la noticia como se quiere y, más grave todavía, lo que se quiere.
Al fin y al cabo, todo en esta vida acaba convirtiéndose en un negocio que pocos saben hacer rentable. Jake Gyllenhall esta más que soberbio en su interpretación aunque la lleva hasta un extremo que la convierte en poco creíble ¿Dónde deja escondida la moral? Parece que la perdió hace años. El personaje que interpreta tiene cierto grado de delirio que no le pone límites a la hora de llevar a cabo su trabajo. Es testigo y cámara de situaciones extremas en las que mantiene la calma y transmite una frivolidad que únicamente es propia del ser humano. Poco a poco vemos como su proyecto de vida va evolucionando a la par que él se va informando hasta llegar a un punto en el que tiene controlada cualquier situación hasta el milímetro. Sin duda nos plantean unas circunstancias muy de ciencia ficción, esta claro que si a alguien le sucediese lo mismo que a este personaje y llegara tan lejos, sería por capricho del destino o toneladas industriales de suerte. Por lo tanto, como se suele decir, no hagáis esto en casa.

No obstante, sabemos que la ficción se basa mayormente en la realidad pero ¿hasta que punto? Resulta increíble la facilidad con la que se puede adquirir un aparato para sintonizar con la radio de la policía en EE UU ¿será verdad? Aunque si ya te regalan un arma en el banco por la domiciliación de la nómina, no sé de que nos extrañamos. Por otro lado, ya nos queda claro como se hacen esas grabaciones que nos mostraban en programas como Impacto Total, donde veíamos persecuciones en coche de la policía que “casualmente” grababa un “video aficionado” que pasaba por allí.
Una gran dirección y guión de Dan Gilroy (marido de Rene Russo así que ya sabemos porque forma parte del reparto) quien acaba de debutar como director en este film, que además le ha balido la nominación a Mejor Guión Original en los Premios Oscar. Al igual que sucedía con la película de Perdida, Nightcrawler hace pensar al espectador, le atrapa dentro del oscuro suspense que envuelve este thriller. Las dos horas de metraje que componen la trama se pasan volando, esta bien estructurada de forma que no se haga larga, va directa al grano, dejándose de preámbulos. 


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