Capitán Harlock


La idea de que una película de animación cueste de producir la friolera de cinco años, es un aliciente de peso para verla. Esta es una de las cifras que se esconde tras el largometraje que ha llamado la atención del mismísimo James Cameron. No obstante, para aquellos que no estén muy adentrados en el mundo del manga y el anime, Space Pirate: Captain Harlock  se trata de la adaptación cinematográfica de la saga de cómics creada por Leiji Matsumoto allá por 1978, todo un clásico. Que esto no os espante, ya que la trama que se narra en la película sigue una línea distinta que la del propio manga:
Nos sitúan en el año 2977, en una época futurista en la que los miles de millones de seres humanos existentes, se encuentran repartidos en distintos puntos del universo. La Tierra ha sido devastada, totalmente inhabitable, por lo que no se puede regresar a la madre patria. Gaia es la confederación que esta al mando y gobierna a la civilización humana desde Marte. Como suele suceder, hay rebeldes que se alzan contra la autoridad impuesta en busca de un mundo más libre y justo, es el caso del Capitán Harlock y su flota pirata. Tienen como fin conseguir regenerar el reloj génesis para retroceder hasta el momento previo en el que la Tierra quedo obsoleta, para evitar de esta forma su destrucción.

Probablemente esta sea una de esas películas que a priori no llame la atención del espectador, teniendo presente que es algo novedoso cuyos gráficos tenemos asociados a los videojuegos. ¿Por qué no darle su merecida oportunidad? La calidad gráfica y visual brilla por si sola, espectacular, ha sido cuidado hasta el mas mínimo detalle. En algunos momentos podemos llegar a creer que nos encontramos ante personas de carne y hueso. Ciertamente cualquiera que la visione puede deshacerse enormemente en halagos, porque los merece. Pero no debemos olvidar que nos encontramos ante una producción, una historia que hay que saber narrar y que resulta ser bastante pobre. Han dedicado tanto tiempo en cuidar la calidad visual que han dejado en un segundo plano olvidado la el guión, que prácticamente es la base de todo. Diálogos pobres, poca acción por parte del Capitán Harlock… en este sentido es muy normalita, sobre todo en la historia central en la que se desarrollan los hechos: volver a conseguir que haya vida en la Tierra.
Algo a decir en su favor, cosa que no se ve mucho últimamente en la mayoría de las películas, es la explicación de los antecedentes y las causas que les han llevado a tomar partido en esta cruzada, el por qué el navío del Capitán Harlock se regenera solo, cómo se destruye la Tierra… ya sea antes o después, responden la mayoría de las preguntas que el espectador se hace así mismo cuando se sienta a verla. Si que es cierto que quizás se haga un poco larga, llega un momento en el que tratan de liar la trama para darle más vidilla, lo hace que pierdas el hilo más que otra cosa. Un detalle que choca un poco es la imagen que ofrecen del Arcadia (navío del Capitán) asemejándola en alguna ocasión a la Perla Negra de Piratas del Caribe. En cuanto a su final, queda claro que ha quedado abierto para una posible secuela que, dependiendo del éxito de esta primera, podrá llevarse a cabo. Para mi gusto fue una buena forma de cerrar este “capítulo” que en ciertos aspectos se veía un poco venir.

Como ya se ha mencionado previamente, no es un estilo de películas a las que nos tengan muy acostumbrados (sin tener en cuenta las producciones de Pixar o DreamWorks animación que son de otro estilo). Pero el cine sigue evolucionando y junto con el las técnicas de creación y producción. Además no es la primera película japonesa que se cuela en nuestra cartelera, un ejemplo son las obras de nuestro querido Miyazaki. 


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