El Juez

El Juez

"El mejor abogado de la historia para mi, eres tú"


Todo comienza en la gran ciudad de Chicago. Hanks Palmer (interpretado por Robert Downey Jr.) uno de los mejores abogados, brillante y que consigue que hasta el mayor de los culpables parezca un inofensivo corderito, todo gracias a su falta de escrúpulos. Nada más comenzar el juicio de uno de sus clientes, recibe una llamada que anuncia el fallecimiento de su madre.
Muy a su pesar toca regresar a casa, a esa pequeña ciudad de Indiana, CarlinVille. Volver a todo lo que un día dejó atrás, además de una relación paterno-filial más que inerte. El juez Palmer (Robert Duvall), el mayor pilar de rectitud y buena fe de la pequeña ciudad, que a pesar del fallecimiento de su mujer, parece mantenerse imbatible. Incorregible pero padre de una familia que se desfragmenta por momentos.
                Se produce un rencuentro familiar tras el entierro sembrado de roces más que negativos y malas actitudes que impulsan a Hanks a regresar nuevamente a Chicago sin mirar atrás. Recordemos que cualquier escusa para él es buena, con tal de largarse de la casa que le vio crecer. Minutos antes de que el avión despegase, la llamada de uno de sus hermanos le descoloca totalmente, su padre ha sido arrestado por homicidio. Hanks no tiene otra opción, decide bajar del avión, regresar a CarlinVille y preparar la defensa de el Juez.

Es el juicio el suceso en torno al cual se desarrolla toda la trama de la película. El motivo del homicidio o este hecho en sí queda en un segundo plano. Lo esencial es sacar a la luz los problemas familiares que han distanciado tanto a padre e hijo. Ver como gradualmente se van disipando esas diferencias que los han enfrentado durante años, sincerarse ambos y saber cual fue el detonante que les llevo a tan vertiginosa situación.



Hay escenas que son verdaderamente duras, dramáticas, pero ante todo emotivas. Sólo nos queda quitarnos el sombrero ante la magnifica actuación de Robert Duvall, capaz de dejarnos sin palabras. Te sorprende en todo momento, exquisito, impecable e inimitable. Por la parte que corresponde a Robert Downey Jr, no hay que ser tan duros con él. La idea de que el público le haya encasillado en el personaje de Ironman es un grave error. Reconocemos que siempre sabe adaptar los papeles que interpreta a su irónica y “embriagadora” personalidad, pero no hay que quitarle méritos. Interpreta a un bala perdida al que, gracias a la mano dura que su progenitor ha tenido con él, le ha ido bien en la vida, se ha convertido en un hombre de éxito. De un carácter difícil que al final tiene que doblegar por un bien mayor.



Al final es cierto que parece que va a contar más de lo que en realidad hace. Sabe conducir el hilo dramático hasta el final, te emociona, pero al mismo tiempo te deja con ganas de más. Acaba faltando algo, un último giro de tuerca. Unas dos horas sentado en la butaca que, hay que reconocer que se hacen algo pesadas, te mantienen atento a la siguiente jugada.
Este es el primer drama dirigido por el cineasta y director David Dobkin (Los rebeldes de Shanghai, De boda en boda), nada mal para ser un principiante en este género, pero sin duda alguien con más experiencia habría sabido explotar la trama al máximo.

Cuenta con un muy buen reparto conformado por: Robert Downey Jr, Robert Duvall, Leighton Meester, Vincent D’Onofrio, Billy Bob Thornton y Vera Farmiga. Todos con un papel determinante.
Bien es cierto que como siempre y, últimamente parece que hago mucho énfasis en repetirlo, te gusta o no. Parece que los términos medios no dejan de escasear. No es la mejor elección claro esta para alguien que disfruta con la acción. Hay que ir más allá, saber leer entre líneas y en parte abrir el corazón.


Nota: 4/5


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